martes, 30 de abril de 2013

No es país para viejos, salvo excepciones




El pleno de Ferrol se ha celebrado después de una segunda suspensión por las presiones de los trabajadores de Navantia. Crece la irritación ciudadana ante los efectos de una política irracional que sigue dejando seca la economía real, la de todos los días, la de comprar y vender, la del centro de salud, la escuela, la vida. El panorama es tan preocupante que parece que ya hemos llegado al final. Lo dicen los economistas de A Coruña en su encuesta trimestral, hemos tocado fondo, pero el gobierno pide paciencia y sigue. No se puede seguir, ni en Europa ni aquí. Y menos cuando banqueros condenados, y luego indultados por cierto, se jubilan con 88 millones de euros cuando se ponen las cosas difíciles. En una práctica habitual en el sector. Ahí no hay mengua ni afectación por la crisis. Cuando ahí está el principio de todo.

No es país para viejos, José Mota.


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