lunes, 22 de abril de 2013

Esta hinchada nunca se rinde




Tiene que ser muy difícil ser jugador visitante en el estadio de Riazor. De verdad. Es tal la comunión de afición y equipo que debe dar la sensación, que es real, de que se tiene a 30 mil personas encima pendientes de cualquier pequeño desliz. El Deportivo tiene una afición que es un auténtico valor. Impresionante incluso cuando, a consecuencia de los problemas musculares o las lesiones, es menos el nuevo Dépor. El colegiado tiene un vigilante de lujo y el equipo una energía que le lleva. Ayer por momentos en volandas. Se entiende que haya más posibilidades de reinventarse una y otra vez teniendo como referencia el fortín de Riazor. Donde la gente sostiene al equipo como un símbolo de resistencia. Lejos de ser como la afición de hace treinta años, que despertó y cambió con el Superdépor, esta hinchada nunca se rinde. Y es verdad. Un caso de estudio.

Ahora con un icono.


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