El acto de leer es un acto de libertad. Un acto de humanidad. Los libros son el mayor patrimonio de la humanidad. Hemos vivido multitud de actos con motivo del día del libro, ese igualador social máximo. Leer nos humaniza y nos ayuda a desarrollar mucho más lo que llevamos dentro. En la facultad de Ciencias da Educación ayer entendimos porqué a finales de los cincuenta leer marcaba la diferencia y un hombre que ahora es entrenador del Deportivo fue enviado por su familia a estudiar, el único de más de diez hermanos, porque era el que leía más rápido y bien. De estudiar filología pasó a dar clases de inglés y ahora da clases de estrategia, confianza e imaginación, puro fútbol. Compartimos con uno de los mejores cómicos de nuestra escena qué era eso de leer hasta la madrugada en lugar de dormir y cómo Cunqueiro puede ser considerado en pleno Caribe palabra de Dios. Y alguien explicó que hace cuarenta años leer era la manera de evadirse y crecer para una niña que no soportaba hacer labores y quería asomarse al mundo que reservaba un futuro con más luz y lejos del blanco y negro. Coja ese libro que le regalaron ayer para pensar y disfrutar más allá del día del libro. Para hacer frente a la negrura reinante. Para, ayudar a crear una sociedad mejor, de personas libres y felices.
Vivir para contarla. García Márquez.
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