Comenzamos a vivir el tiempo de los símbolos, de las movilizaciones simbólicas. Sacar las clases de la Universidad a la calle, explicando temario de informática, magisterio, sociología o terapia ocupacional es decirle a la gente que los recortes para los estudios superiores son cosa de todos, una llamada de atención, un latigazo en alguna conciencia. Hoy en Oleiros muchos niños de la enseñanza pública asisten a clase con una camiseta verde que pide enseñanza pública para todos, y se encontrarán a profesores con esa misma camiseta y darán clase sabiendo, como cada viernes que están salvaguardando un tesoro imprescindible para que avancemos como sociedad libre y feliz. Esos encierros en centros educativos son otro momento de despertar. Porque de eso se trata, de despertar para defender lo que otros nos legaron con su sufrimiento, su energía y su capacidad de imaginar.
La imaginación da para todo. Con una película mítica para mucha gente, El Club de los poetas muertos.
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