La auditoría de Nostián parece algo así como el lienzo de Turín. Un misterio insondable e intocable cuando se trata simplemente de un estudio económico sobre la gestión que una planta de reciclaje de residuos que ha funcionado siempre de forma deficiente y que depende de una de las grandes empresas de este país, ACS, a través de Urbaser. Es tan lógico que los ciudadanos sepan donde va el dinero público y son tantos los problemas para averiguarlo. Dice el Alcalde de Oleiros que es incomprensible que los representantes de los ciudadanos no tengan acceso a las cuentas de una empresa que pide 30 millones de compensación a las administraciones por ofrecer un servicio con muchas dudas. Y es lógico que la justicia haya dado la razón al portavoz del BNG por pedir un acceso a las cuentas de la planta de reciclaje. Es tal el recorte de la democracia que al final afecta a todo. De reclamar debate sobre la elaboración de los presupuestos hemos pasado a que la oposición y aún más el ciudadano tenga dificultades para acceder al resultado final y su desglose. Ahora el gobierno prepara una ley de seguridad ciudadana que busca criminalizar a los que protestan en contra de medidas que les asfixian. Eso sí, todo con muy buena educación.
Serrat, Lecciones de urbanidad.
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