Un nuevo desahucio se ha producido en A Coruña. Ha sido en realidad un alzamiento por impago de alquiler. Con una mujer, Elisabeth Sanlés que no puede hacer frente a la renta de su casa, pero quiere una vivienda digna para ella y sus hijos. Los miembros del colectivo Stop Desahucios se concentraban frente a su piso en la calle Antonio Noche y las autoridades respondían con un impresionante despliegue policial que tomó esa parte del barrio, injustificable. Dinero público para reprimir a quien protesta, con decenas de policías realizando un cordón de seguridad en el entorno de la vivienda y más de once grilleras. Si no fuera tan preocupante y si el caso de Elisabeth no moviera a la compasión sería casi cómico. Una actuación policial así coloca al ciudadano bajo sospecha y pretende sembrar el miedo a protestar. Cuando el poder se muestra incapaz de solucionar los problemas sociales que sus propias políticas provocan, utilizar la fuerza es una cobardía.
María Nieto grababa el primer intento fallido de ejecutar este alzamiento.
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