Se acaba el tiempo para Navantia. Y no vale con construir una parte de un flotel para solucionar el problema. Los trabajadores han propuesto iniciativas que no han tenido respuesta de la Administración, el dique flotante, desarrollo de la división de reparaciones y hacer de la búsqueda de carga de trabajo para el naval un asunto de Estado. Habría que decir que el tiempo para Navantia, para ASTANO, se acabó hace mucho. Con el juego de las prejubilaciones a cambio de pérdida de peso, de pérdida de carga de trabajo, de traslado de tecnología material y personal a los astilleros del sur. Con la atribución del coste de las ayudas al naval prohibidas por Europa más en los astilleros de Ferrol que en otros de titularidad pública. Ha habido demasiadas dejaciones, varas de doble medida, demasiados intereses en el desmantelamiento de un gigante industrial referencia mundial. Con medias verdades incluso como argumento electoral, lo de los anuncios sobre Pémex es inconcebible en cualquier democracia avanzada. Ahora no tenemos un problema, tenemos una ciudad sin fuelle y en un callejón sin salida con culpas compartidas. Pero ahora con responsabilidad total del gobierno actual.
Para saber. Una historia de Ferrol.
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