Han pasado cuatro años desde que la Torre de Hércules fue declarada monumento patrimonio de la humanidad. La Torre siempre ha estado ahí y nos sobrevivirá, como sobrevivió a tantos otros a los que salvó en medio de tempestades y tormentas, como sobrevivió a guerras, hambrunas y días felices. Ahora la sociedad entera ha adquirido el compromiso de protegerla y cuidarla sabiendo que la UNESCO a través de Icomos siempre vigila. A Coruña tiene el mérito de mantener un faro romano en activo dos mil años después de su construcción. Ha cuidado lo recibido, lo ha mejorado, lo ha reconstruído cuando ha sido necesario y ha colocado la tecnología al servicio de los demás. Esa urbanización que iba a tapar las vistas de la Torre y ahora se construiría bajo rasante es un proyecto que, por el momento parece aparcado, aunque el Ayuntamiento lo ha incluído en el nuevo plan general. Incomprensible que alguien, hace unos años, ante un monumento así, se planteara realizar una urbanización. Y tremendo que la ciudad tenga que pagar o buscar soluciones por semejante idea que hubiera sido otro pelotazo urbanístico que se consiguió parar, pero aún tiene una factura pendiente. Hay que seguir vigilantes y saber lo que tenemos y lo que nos jugamos. Que ya no es nuestro, es de todos aquellos a los que puede iluminar. Es patrimonio mundial.
El vídeo de la candidatura de la UNESCO.
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