jueves, 18 de julio de 2013

Cuando el que paga la crisis deja de ser una cifra




La crisis se cobra víctimas. A veces para la mayoría de la sociedad son solamente cifras pero, en ocasiones, el impacto de su historia personal es tan fuerte que trascienden la estadística y de pronto son personas con nombre y apellido. No sabemos aunque podemos intuir lo que puede pensar alguien que va a ser desahuciado y, en lugar de abrir una puerta, va a una habitación e intenta quitarse la vida. Tremenda expresión porque la vida es algo que se tiene y se pierde, o se quita, o se arrebata, el mayor bien. El problema en este tiempo raro es que, en un día de sol y luz puede aparecer el pozo negro para recordarnos que los dramas cotidianos existen y trascienden los IPCs, los datos del paro y de la EPA. El pozo negro que nos hace darnos cuenta que hay que cambiar de receta. Y de políticas para que el interés del ciudadano, el que vota, el que es mayoría, y no el de unos pocos, sea la prioridad absoluta.

Balance.


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