viernes, 16 de noviembre de 2012

El Prestige y Mangouras





El juicio del Prestige tiene el sabor de lo visto y oído mil veces, pero nos está contando lo que verdaderamente pasó cuando estábamos pendientes de un petrolero que era chatarra flotante cargada con 77 mil toneladas de fuel de la peor calidad con una vía de agua frente a nuestras costas. La declaración del capitán, coloca de nuevo en el debate la oportunidad de alejar o no el barco de la costa, que terminará traduciéndose en lo que tiene que pagar o no el gobierno español, no los responsables, que no están en su mayoría en el banquillo. Pero nos hace reparar también en un hecho fundamental. El transporte de ciertas mercancías es un negocio de empresas encubiertas y auténticos trileros, y el rescate, en muchos casos también. Sabemos que otro Prestige es posible, sabemos que los protocolos de actuación están aún en pañales y sabemos también que el primer día del naufragio se perdieron horas preciosas mientras se dirimía quien pagaba los remolcadores, que debían ser públicos, y quien aseguraba carga y barco. La clave de mucho de lo que pasa está en lo que es esencial pero no sabe la opinión pública. Luego vienen las medias verdades, la manipulación y hasta la negación de una extensa y espesa mancha de fuel. En el caso Prestige también.

La declaración de Mangouras es la noticia estos días.

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