jueves, 8 de noviembre de 2012

El DÉPOR





El Deportivo tiene importantes problemas económicos. Lo sabemos desde hace tiempo. No el Deportivo, todos los clubes de fútbol en esta liga del más difícil todavía, del por encima de sus posibilidades que hemos creado. Ahí no hay noticia. Lendoiro parece el dueño del club, hace y deshace sin control efectivo. Ahí tampoco hay novedad. El Deportivo negocia un acuerdo con Hacienda, que ya venía interviniendo los ingresos del club, para buscar soluciones a su delicada situación, después de los movimientos del gobierno para buscar dinero debajo de las piedras. No habla, por el momento, de concurso de acreedores. Esa es la novedad. Pero hay otra no novedad en todo este asunto. A pesar de años de acoso, de cierre de créditos y oxígeno económico por parte de las entidades financieras gallegas, cuando otros clubes recibían suculentos beneficios de recalificaciones estratosféricas, nunca nadie ha dado un paso al frente entre los críticos y ha dicho, yo me hago cargo. Y ha presentado un proyecto alternativo a Lendoiro. Estamos viviendo un tiempo de resultados de gestiones ruinosas también para esta ciudad, y sobrevive un referente empujado por una masa social impresionante. Cuando crear valor es tan difícil no podemos tirar a la basura un valor que tenemos. Hay que mejorar el juguete, pero no cargárselo. Todo con sentidiño.

Comparecencia de Lendoiro aún hace un año.



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