Hemos asistido al primer debate electoral que se celebra en Galicia en los últimos veinte años. Un Feijoo, Pachi Vázquez en el que ha habido un empate con leve ventaja del segundo, por momentos y sólo por puntos. Por su soltura, porque fue natural y porque se encontró un contrincante más a la defensiva, más frío ¿Puede un debate incidir de forma determinante en el resultado de unas elecciones? No vimos eso ayer. No hay una euforia que atraviesa las calles y las plazas. Pero hay una realidad. La gente, la misma que dice que los políticos son un problema, sabe que la solución está en la política e intuye que hay otro poder más arriba que los condiciona. Sabe que si interviene y se hace oir, por un juego de equilibrios, va a obligar a cambiar el mensaje y la actuación. Tenemos que hablar, de nosotros, de nuestros problemas y hasta si me apuran del inglés, pero del gallego siempre, por favor. Algo quedará claro después de esta trilateral de debates. Desde luego estamos escuchando con más interés de lo que lo hubiéramos hecho hace cuatro años. Hoy toca otro, Pachi-Jorquera, el eventual bipartito frente a frente. Y Feijoó como espectador, anotando para el tercero. Está interesante. Lo que sea lo contaremos.
En la web de la TVG está colgado el debate. Pémex fue una de las estrellas. Feijoó no enseñó el contrato de los floteles, enseñó una carta de la dirección de Pemex internacional en la que piden discreción. En México está habiendo un debate muy intenso sobre los principios de acuerdo con los astilleros gallegos. Incluso en sede parlamentaria.
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