Feijóo lo ha dicho, los resultados electorales avalan la política de Rajoy. Cuidado, una de las ideas fuerza en las redes sociales estos días es la búsqueda de personas que afirmen que votaron al PP. Hay una propuesta incluso de que se realice un programa especial de Milenio tres con Iker Jiménez buscando lo que no se encuentra. Lo cierto es que mirando los porcentajes electorales lo hicieron tres de cada diez gallegos. A expensas del porcentaje de abstención final que se pueda comparar con el de hace tres años y medio, porque aún falta incluir el voto emigrante. Lo demás lo hizo la disgregación del voto de la izquierda y la ley electoral. Y, aún habiendo ganado con holgura, la Xunta lo sabe. Y presenta sus decisiones políticas, para crear la sociedad en la que cree, con suficiente maquillaje. Ayer se aprobó la ley de garantías sanitarias tras años de repetir a nivel social que da lo mismo operarse en un hospital público que privado. Esa ley supondrá el desvío de fondos que deberían ir a potenciar la sanidad pública ya con el aval del parlamento. En lugar de abrir quirófanos por la tarde, de buscar fórmulas dentro de un sistema que garantiza la igualdad, seguirá la sangría que comienza en esa llamada telefónica. Prefiere operarse en este, este o este centro, o seguir esperando? Todo presentado en positivo.
La ley de economía política dice que las necesidades son ilimitadas y los recursos limitados. Lo que vaya a un cajón, no irá a otro y eso en el medio plazo tendrá sus consecuencias. Como se tiene cuando se aplica el decretazo sanitario, cuyos efectos no han llegado a Galicia en toda su crudeza, después de la polémica por la retirada de las tarjetas sanitarias a parados de larga duración.
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