viernes, 25 de marzo de 2011

Entrar en Meirás... pero sólo medio pie

Hoy por fin entraremos en el Pazo de Meirás. Tras años y años de ver pasar los coches de la familia Franco para veranear en ese lugar que se supone la ciudadanía le regaló a costa de los descuentos en sus nóminas, que fueron todo menos regalos agradecidos, en muchos casos. Un tiempo de miedo, un tiempo de incertidumbre. Un tiempo para no recordar. Un día como hoy hay que decir que parece mentira que la democracia española siga con este debate y no acierte más que a conseguir que sus ciudadanos visiten, cuatro días al mes, y dando su nombre, apellidos y DNI a Prosegur el Pazo de Meirás. Resulta una ironía que el Pazo hubiera sido propiedad de una mujer como la Pardo Bazán que derribó mil barreras en su tiempo, gracias a su dinero y a su personalidad, para luego acoger, con perdón, el brazo incorrupto de Santa Teresa.

Os Maracos optaban hace unos años por un Entroido con el Pazo a la espalda.

Poniéndonos serios, que la ocasión lo requiere, Unamuno y sus últimas reflexiones después del Vencereis pero no convencereis al coruñés de pro Millán Astray.

2 comentarios:

  1. Mujer. El problema no es el brazo incorrupto de Santa Teresa sino quien se lo había apropiado. ¡Qué culpa tiene las mística de Ávila!. En fin, yo no tengo intención de pisar ese sitio hasta que sea de dominio público.

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  2. Está muy bien lo de criminalizar al ciudadano... pero podría ser peor, podrían pedir fianza, muestras de sangre...

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