martes, 13 de mayo de 2014

Torre de Hércules, recogiendo el testigo




Las sociedades se construyen como en una carrera de relevos, pasando el testigo. A veces pasan cosas pequeñas que cobran el valor de lo simbólico. Una ciudad, un faro que ha sobrevivido a vientos y tempestades, que ha dado luz a todos los barcos sin pensar en su bandera. Un grupo de personas que quiere darle el valor que merece la obra humana hecha para perdurar, y para ayudar a los demás. Trabajo callado, para que no se construya más en el entorno, para que se restaure y se ponga en valor. Y así, como pasan las cosas cuando son de sentido común un día llega un reconocimiento que es una responsabilidad, la Declaración de Patrimonio de la Humanidad. Ahora un congreso que reunirá a las personas que más saben de faros, en este momento tan parco en referencias. Entre el 25 y el 31 de mayo A Coruña albergará el congreso de ayudas a la navegación del IALA que impulsó el ejecutivo anterior, que los que ahora nos gobiernan han recogido como un testigo. En el 500 aniversario de la Trinity House, institución británica de protección a los navegantes. En la ciudad que vio nacer el gremio de mareantes. Y es que, a veces, los seres humanos sabemos respetar lo que han hecho otros y recoger los testigos durante 500 o durante dos mil años.

Pucho Boedo e Os Tamara, O faro mais vello.


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