La jueza De Lara no deja de darnos sorpresas. Con el Servicio de Vigilancia Aduanera, de nuevo irrumpía ayer en la vida de A Coruña. En una operación contra la venta de tabaco de contrabando y ropa de marca falsificada en el mercado de Santa Lucía. Y es que la principal actividad de la plaza no es la venta de pescado, tradicionalmente de mucha calidad en este mercado coruñés, ni la de carne, fruta ya no hay, si no la ligada a venta irregular. La operación de ayer corrió paralela a otras similares desarrolladas en plazas de abastos de toda Galicia. La actividad de De Lara parece inabarcable. Solamente la Pokemon daría para absorber todo el tiempo de un juez. Estamos ante una profesional singular que quizás debería delegar o centrar su actividad. Tiene entre sus manos cuestiones muy graves que han dejado en suspenso, por errores propios desde luego, a buena parte de la clase política de este país. Habría que añadir no obstante que lo de los mercados tiene su aquel. En el caso de Santa Lucía la actividad se organiza a través una concesión que expira el próximo año. La operación de ayer ha centrado el foco en la necesidad de reclamar que se adecente y se busquen alternativas. Y deja otro asunto pendiente sobre la mesa.
Mecano. Busco algo barato. Mirad qué cambio de imagen.
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