El Presidente de los empresarios gallegos, José Manuel Fernández Alvariño, decía ayer en A Coruña que lo importante es que las personas tengan trabajo, más allá de sus condiciones laborales, para que puedan consumir. Da la impresión de que ve a las personas como instrumentos de consumo que se pueden exprimir. Habría que preguntarse si en las condiciones que se están extendiendo actualmente, un trabajador puede consumir de forma habitual. Con sueldos que son casi alquileres o jornadas que impiden ir a una tienda. Decía Galbraith en su libro la Cultura de la Satisfacción que tras el crack del 29 el gran capital norteamericano se dio cuenta de que la forma de salir de aquella tremenda crisis era hacer crecer el estado, mejorar el bienestar de la gente para que la economía volviera a rodar. Luego hubo una guerra mundial, pero eso es otra historia. Necesitamos desde luego hacernos más conscientes e informarnos para saber hasta qué punto determinadas declaraciones públicas son auténticos despropósitos. No ayuda mucho que un político se dedique a llamar vago, inútil o mentiroso al adversario como ayer pasó en el pleno de A Coruña. Ni para su partido, ni para él, para sus colegas, ni para la sociedad en general.
En medio de las recetas del Presidente de los empresarios y de rebaja del nivel político, la crisis. La necesidad de información. ¿Cómo se crea el dinero?
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