El Parlamento Europeo ha vuelto a aplazar el debate sobre la contaminación de la Ría de O Burgo. Ni siquiera en instancias comunitarias puede solucionarse un problema que tiene que ver con el poco valor que dan los responsables públicos a nuestro patrimonio natural y a sus posibilidades de generar progreso económico. No se ponen de acuerdo los eurodiputados en la redacción final del informe aunque en el momento de la visita sus primeras impresiones estaban claras. El presidente de la delegación Philippe Boulland dijo que la ría estaba llena de inmundicia, y lo está y que había que solucionar el problema de lodos de más de dos metros de altura con materia orgánica y fecal, en una zona muy urbanizada, con paseos y parques. Grandes verdades, grabadas, que ahora rebaja por su condición de diputado del grupo popular frente a las exigencias de sus compañeras de expedición. En el año dos mil la Unión censuró la actitud de las autoridades sobre el destino de los dineros para sanear las rías y su estado. Algunos responsables siguen ahí, como el Alcalde de Culleredo Julio Sacristán, que comparte responsabilidad con gobiernos centrales, el Ayuntamiento de A Coruña o las Xuntas sucesivas, sobre todo las del PP. Solamente los mariscadores y los vecinos de la zona merecen el respeto social por haberse rebelado contra esta vergüenza.
Está muy bien este vídeo de título ¿Ría do Burgo sin contaminación? elaborado por Martín Marticorena Cabezas e Irene Pazos Cano.
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