El parlamento de Galicia ha celebrado un nuevo debate sobre el estado de la autonomía. Si alguien quería adormecer a la sociedad, conseguir que no hubiera interés en el debate público, puede sentirse orgulloso, porque lo ha conseguido. En un momento de crisis con problemas gravísimos, el debate sobre la situación de Galicia y las propuestas de soluciones ha pasado sin dejar huella. En el parlamento ayer los diputados que todos elegimos hablaron y tomaron posición sobre los recortes en servicios públicos, el paro, los impuestos a las rentas medias y a las rentas altas. Novagalicia y la pérdida del sistema financiero gallego, el sector lácteo, la pesca, la emigración de los jóvenes y las pensiones de los mayores. De todo. De nuestra vida. En un debate largo, farragoso, es verdad, con una estructura muy rígida. En un debate que, a pesar de todo, demuestra que es en la política donde está el camino, porque es el único vehículo para hablar de los problemas colectivos y proponer soluciones. La solución está en que el ciudadano participe, para poder controlar lo que dicen aquellos a los que elige, y lo que hacen. Que se sepan controlados. Y en que la política se entienda, para que vuelva a estar en el centro. Había pasado en este país. Se acuerdan?
Venimos de ésto.
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