miércoles, 16 de enero de 2013

Pagar por salvar la vida, A tempestade




El mar está revuelto. Mucho y los marineros en tierra muy preocupados. Por las nuevas tasas que impondrá la Xunta a los rescates en el mar en el caso de embarcaciones de recreo que, a su juicio, abren la puerta al pago también en caso de salvamento de barcos de pesca. Como tantas veces se ha dicho que no a medidas que después se han aplicado, alertan. Un operativo de rescate en el mar de dos horas cuesta casi cinco mil euros. Dos mil quinientos euros más si además necesita de una embarcación. La verdad, ni para particulares ni regatistas ni para marineros. No se puede jugar con las vidas humanas ni con nuestras costas poniendo peaje a la prestación de ayuda. Habíamos conseguido que no hubiera muertes mediante inversión y esfuerzo colectivo, aún con un servicio privatizado que sale más caro al erario público y está sujeto a la necesidad de generar beneficio. Lo del pago directo es la gota que colma el vaso. Es inconcebible desde el punto de vista del interés común que el salvamento esté privatizado. Miren si no lo que pasó con el prestige. Tiempo perdido precioso para ver quien pagaba y por cuánto el remolcador. Lo estamos recordando en el juicio, que sigue en A Coruña.

A tempestade, Madredeus. Un placer como un bombón de una caja roja. Porque hoy es hoy.


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