Los datos del paro en Galicia y A Coruña son verdaderamente descorazonadores. No recogemos ni siquiera esa leve recuperación, esa no destrucción de empleo que esperemos no sea coyuntural que dejaba diciembre en otros puntos del país. Sigue bajando. Una consecuencia lógica que se explica simplemente mirando alrededor. El desmantelamiento del sector financiero, por ejemplo, tiene consecuencias. No es sólo que la caja o el Pastor ya no estén, ni que desaparezcan empleos directos, que también. Son las sinergias, el alimento a empresas, los empleos indirectos que generaban. Los proveedores, los servicios complementarios. Lo mismo podemos decir del sector naval en Ferrol, de la pérdida de empleos dramática año a año en Navantia. O la crisis profunda del sector lácteo y el mundo rural. Una política basada en la austeridad sin alternativas retira la savia a la sociedad y la deja seca. Y menos sin cambios a nivel fiscal que permitan aumentar la financiación sin sangrar a los que menos tienen. La mayoría de nosotros no podríamos haber logrado una vivienda propia, quien la tenga, con déficit cero. Porque lo que no puede ser, es imposible.
La lucha contra el paro debería ser la prioridad de las políticas públicas y no la contención del déficit. No es verdad que esa sea la solución exclusiva, que no haya otra política posible. Os dejo ahí un vídeo de cómo lo ve José Mota. O cómo lo veía. Este fin de año se le echó de menos en televisión.
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