La corrupción es la punta del iceberg. La conclusión última de la infiltración del sistema, de la gangrena. Hoy el diario El País publica la esperada lista de pagos en metálico de Bárcenas y ahí está el nombre del Presidente del gobierno y de Pablo Crespo, por cierto. Entre las empresas que aportaban donaciones anónimas Sacyr, OHL, Villar Mir o Mercadona. Todos niegan haber recibido o haber aportado ningún dinero. Todo esto pasa cuando se conoce que el extesorero del PP sí se benefició de la contestada amnistía fiscal puesta en marcha por el gobierno. Es de sonrojo y demuestra que hay que cambiar las maneras, instaurar un control democrático real del funcionamiento del sistema para salvaguardar precisamente la democracia. Olvidar esa indolencia general de quien dice aquello de, llegué y lo hacía todo el mundo y lo dejé así, lo dejé correr. Esto no se arregla cerrando puertas ni de parlamentos ni de despachos, si no abriéndolas y dejando pasar el aire y la luz. Y sólo se arregla si en la base se empieza a decir no, aunque lo haga todo el mundo, aunque hacer lo contrario sea ir en contra de la corriente general que nos lleva al abismo.
Lo que decía Iñaki hace una semana sobre el caso Bárcenas. Al Ibex 35 no le importa.
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