Celebramos el enésimo día contra la violencia machista. Cuando creíamos que habíamos conseguido tantas cosas juntas y solamente estamos empezando. En los últimos 40 años la verdadera revolución social ha sido la que hemos protagonizado, con la valiosísima ayuda de tantos compañeros, nosotras, las mujeres. En cada automatismo, cada concepto heredado, cada mandato grabado que hemos ido deshaciendo, a veces protestando, otras por la vía de los hechos. No lo hagas, no tienes por qué, mira hacia adelante y déjalo ir. Pasando páginas descubrimos que debiamos hablar de violencia. Que no es solamente esa que hace que haya mujeres que mueren a manos de sus parejas si no mil cosas más que hemos tenido que borrar incluso de nosotras mismas. Sabiendo que no se puede tolerar la mínima actitud de posesión o mandato sobre el cuerpo o el destino de las mujeres por parte de nadie, y menos de los poderes públicos, como no se podría tolerar en el caso de los hombres. Sabiendo que entre nuestros jóvenes la violencia machista se reproduce en roles, actitudes, posesión y control. Hay que explicárselo, se acabó el pastel y no somos ni hadas, ni princesas. Desconfía de quien te quiere proteger, únete a quien te valora y te quiere acompañar.
La canción de Sés Non son fada nin princesa acompañada este reportaje sobre "As mulleres galegas na historia" del Instituto de Elviña.
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