El bombero que se negó a romper la cerradura para que la comisión judicial desalojara de su casa a Aurelia Rey deberá pagar una multa de 600 euros por alteración del orden público. El Juzgado de lo Contencioso número 4 de A Coruña ha desestimado su recurso contra la sanción de la Subdelegación del Gobierno. La juez le considera culpable de alterar la seguridad ciudadana. Lo cierto es que los que estábamos allí vimos a Roberto Rivas llegar a bordo del vehículo contrancendios y contuvimos el aliento al pensar en que rompería la cadena del edificio donde vivía Aurelia. Los gritos ya estaban y los animos caldeados también. El momento total se produce cuando él se niega a hacerlo y exhibe una pegatina de STOP Desahucios provocando la euforia de los concentrados, y el camión se aleja entre los vítores y el apoyo de la gente. Habría que reflexionar y pensar que nada altera más la seguridad ciudadana que un desahucio, si se piensa que el desahuciado es un ciudadano, o ciudadana con derechos. En este país se han convertido en un drama y sus víctimas en personas indefensas. De nuevo falla el concepto. Y los que alteran verdaderamente el orden y la seguridad siguen su camino.
Hay que recordar que la policía cargó en el momento de las concentraciones contra el portavoz parlamentario del BNG, Francisco Jorquera, el portavoz municipal del Bloque Xosé Manuel Carril y el de Esquerda unida César Santiso. Reportaje sobre aquellos días.
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