Al final se ha ejecutado el desalojo forzoso de la casa de Isabel, vecina del lugar de San Vicente de Elviña de 72 años, y de su hijo Álvaro. Ella no estaba allí cuando entró la comisión judicial, ni cuando entraron las palas, ni cuando se produjeron las cargas policiales, durante las cuatro horas y media de enfrentamientos. Ya a primera hora de la mañana era llamativo el impresionante despliegue policial con más de diez grilleras y un notable número de agentes, muchos llegados de otros lugares. Parecía que allí se escondía el mayor peligro del mundo mundial. Resulta ridículo si no fuera tan dramático. No es posible que a estas alturas sea tan difícil dialogar de tú a tú con ciudadanos afectados por planes de un gobierno y llegar a acuerdos y es inconcebible que se llegue a la denuncia y a utilizar la fuerza para sacarles de sus casas después de no haberles dado solución más que la expropiación forzosa y una vivienda social que no han podido ni ver esta misma semana. Ante el despliegue de medios que vimos ayer volvemos a concluir además que las fuerzas del orden están siendo utilizadas en contra y no a favor del ciudadano. Y eso es faltar a su objetivo fundamental, preservar la convivencia y los derechos básicos.
Imágenes tomadas por Elena López ayer en San Vicente de Elviña.
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