miércoles, 29 de octubre de 2014

Y en medio de todo... nuevo atasco en los accesos




La vida cotidiana sigue por encima de escándalos y disculpas y se nutre de las costumbres y los contratiempos conocidos que marcan el día a día. Como que un coche se averíe en los accesos a la ciudad y se produzca de nuevo la gran congestión. No hubo ni un roce, nada más que un problema mecánico pasado el Puente del Pasaje, en el arranque de Alfonso Molina a las ocho de la mañana. Se repite el atasco desde Montrove, la Nacional Sexta y San Pedro de Nós o la recta de Bastiagueiro. Todo desembocando en un puente con dos carriles por cada dirección. Las riadas de vehículos que confluyen van avanzando mal que bien en medio del tremendo atasco. Un grupo de automovilistas se colocan sus chalecos reflectantes y empujan el coche averiado hacia un lateral camino de las jubias y poco a poco la cosa mejora sin que ninguna autoridad ni servicio se haya dado casi ni cuenta. Lo de los accesos a la ciudad es de traca, la lentitud en el avance del transporte mancomunado y de las alternativas al coche desesperante. Pero ayer, como tantas otras veces, la gente se sacó las castañas del fuego mientras los responsables de esto estaban en otra historia, lejos de sus vidas.

El problema de los atascos, de la falta de un plan de transporte real e intermodal se repite sin una acción pública concluyente y real. La solución es sacar coches de las carreteras. Después de gestiones ingentes la Xunta logró poner en marcha un plan de transporte por carretera del que ya disfrutan la mayor parte de ciudades medias en España desde los años ochenta o noventa del siglo pasado, además de transporte intermodal. Desde luego no es suficiente.



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