Dice Luís De Guindos que por el momento no se han detectado tarjetas opacas como las de Caja Madrid en la antigua Novacaixagalicia. Que las operaciones supuestamente irregulares que el Ministerio trasladará a fiscalía son de carácter inmobiliario y de crédito, no sobre gastos personales de consejeros a cuenta a las cajas. Estamos hablando de una época en la que parecía que el dinero surgñia como el agua. A según qué nivel porque para los de abajo esa borrachera multicolor siempre fue de segundo grado, y con suerte con derecho a vacaciones. En Caja Madrid hemos llegado a conocer el significado de lo que era que algunos vivían por encima de sus posibilidades. Por ellos se pagó un rescate bancario y para devolverlo siguen los recortes en sanidad, educación y servicios sociales. La situación era de tal descontrol que, en diferentes grados, se extendía a la mayor parte de entidades de ese tipo. Más grave aún que los detalles es que todo ese desfase llevó a la desaparición de las cajas de ahorro que eran un motor y una ayuda fundamental para crear país. Las tarjetas son el último de los bochornos de una forma de actuar que acabó con el juguete.
Un resumen, los mismos partidos que aprobaron con acuerdo los cambios legislativos que llevaron a la disolución de las cajas tenían consejeros vinculados al fraude de las tarjetas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario