Los niños del Colegio María Mariño, centro público para disminuídos psíquicos, no tienen columpios. Tenían unos de hierro, según la Asociación de Padres, que databan de los años 50. Llevan pidiendo año y medio a la Consellería de educación que los renovaran, porque eran un peligro para los pequeños. Cuando hace tres meses empezaron las protestas por escrito los retiraron sin alternativas y ahora no salen al patio. 46 niños y jóvenes en sillas de ruedas, con movilidad reducida, que estudian, viven, se socializan en el María Mariño y son hijos de todos nosotros, como todos los niños y los chicos. El ANPA ha decidido denunciar al Consellerio de educación y a la de benestar ante la fiscalía. Por omisión de responsabilidad, por poner en peligro la integridad física de los alumnos con unos columpios no aptos y por discriminación, al ser uno de los pocos centros escolares de Galicia que no cuenta con un parque de juegos homologado. Porque quieren que sus hijos salgan al patio seguros, se puedan caer y levantarse sin problemas y puedan montar en un columpio y sentir el aire en la cara y la sensación de volar un poquito. Porque quien defiende la vida, ahora que tanto se habla de eso, deberia defender la calidad de vida para todos. Y comprometerse de verdad.
Sobre la discapacidad.
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