viernes, 14 de marzo de 2014

El conflicto del cerco y la falta de alternativas




La lonja de A Coruña no trabaja hoy en solidaridad con los armadores y marineros del cerco. El reparto de las cuotas, junto a la diferente vara de medir de sus intereses respecto a los de la flota del País Vasco o Cantabria es el detonante, pero hay razones más profundas para entender a los que viven de nuestro mar. De nuestro mar vivimos todos, unos porque comemos un pescado de calidad incomparable, otros porque comercian con él y muchos, fueron más, porque lo pescan con sus manos. La política de cuotas, necesaria desde el punto de vista ambiental, se mezcla con intereses económicos y estratégicos en los que históricamente Galicia siempre se ha llevado la peor parte. A Coruña aún debería llorar, y no lo ha hecho, por los barcos del Gran Sol de bandera mixta que al final han tenido que abandonar progresivamente su actividad de forma injusta por falta de apoyo político a unos intereses legítimos. Su historia es una más y los pequeños armadores del cerco, no los de los grandes barcos que sí pueden beneficiarse de los repartos amparados por la Xunta, no quieren que termine igual. Porque ante los recortes y el cese de actividad no da y nunca ha dado alternativas. Esos marineros saben que si pierden esta batalla el camino está escrito y será un callejón sin salida.

La historia de un barco asturiano que se dedica a la caballa, no he encontrado ninguna grabación en vídeo de un barco gallego.


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