martes, 25 de marzo de 2014

Entre habla pueblo habla y l´estaca





En medio de la avalancha informativa tras el fallecimiento de Adolfo Suárez recordamos de pronto una parte de nuestra historia. Ese conjunto de sobreentendidos, presencias y ausencias que a trompicones van tejiendo las sociedades. Unas con más franqueza y otras envueltas en silencios. Discurrimos por la geografía sentimental de las canciones que proclamaban cosas que eran normales en países avanzados pero que aquí, salvo para los que estaban en vanguardia y a la izquierda, era necesario proclamar para conducir a la gente en una dirección. Hemos escuchado libertad sin ira sobre un derecho que no se otorga, se gana, situado en un futuro impreciso, y si no la hay, sin duda la habrá. O aquel Habla pueblo habla, tuyo es el mañana. Pues sí, y el presente. Hay en esa ceremonia algo de nostalgia, algo de verdad, algo de oportunista y algo de oportunidad. Debería servir para revisitar un tiempo político del que somos hijos con sus virtudes, que hay que recuperar, y sus defectos que hay que subsanar con urgencia, cada uno desde su óptica ideológica y territorial. El fallecimiento de un hombre que calló y se convirtió en una ausencia podría servir para despertar a una sociedad que tiene que asumir su poder y su responsabilidad.

Había más canciones. L´estaca, Lluís Llach.


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