Los jóvenes de Democracia ya siguen en el Obelisco. Han reaccionado ante la nada. No sabemos si sus movilizaciones influirán en la campaña, sí sabemos que son expresión de una sensación social. Ese agobio ante la dictadura de los mercados, ante la aparente falta de salida frente unas recetas económicas duras que no ofrecen alternativa de futuro ni hacen pagar los costes de la crisis a sus responsables. Se indignaron y reaccionaron. Tienen que saber igualmente que además de protestar hay que participar. Para influir hay que ponerse frente al poder y luego utilizar los cauces que se tienen para incidir en el curso de los acontecimientos. Ahí concentrados, en el Obelisco, siguen siendo una buena noticia. E pur se muove, diría Galileo. Y sin embargo, se mueven.
Los vídeos de you tube ya no están escorados, aunque la situación sí
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