La resaca del fin de semana sigue. Y no solamente a nivel político. El Deportivo es un equipo de Segunda División y Lendoiro lleva toda la semana en Madrid negociando el futuro. Todos los esfuerzos van a ser pocos para no colarse en el pozo de segunda y para eso la actitud en esta primera temporada va a ser fundamental. La clave para el futuro del Deportivo está, a nadie se le escapa, en el mantenimiento y, si es posible, el incremento de la masa social. Como en la vida en general si hay masa crítica y movimiento que sostenga a las instituciones es posible avanzar, mejorar y no sólo subsistir. No tenemos que perder de vista que el club coruñés se encuentra en una situación económica muy delicada, a pesar del oxígeno del seguro de descenso, y que el fantasma de la desaparición asomó en la mente de más de uno en la noche del sábado. Hemos comprobado en las últimas semanas la importancia social del Deportivo para A Coruña. No la arrojemos al baúl de los recuerdos. Luego habrá que abrir otros debates, pero siempre que haya algo sobre lo que debatir.
Los últimos ocho minutos del partido del sábado parecen muy lejanos... no ha pasado ni una semana.
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