lunes, 9 de mayo de 2011

El hacedor de mundos

Un escritor es algo así como un hacedor de mundos. Alguien que tiene poder para que las palabras cobren vida y se conviertan en la vida. Ayer Mario Vargas Llosa nos contó su vida invitado por Inditex, en una conferencia para sus empleados. Y lo hizo con la sencillez que hace importantes a los que son verdaderamente importantes. Sin trampa ni cartón. Quiso ser escritor. Lo fue porque apostó por eso y dejó de lado una existencia más cómoda para cumplir su sueño. Esquivando la censura y dando lo mejor de sí en sus escritos empezó a publicar y luego siguió. Entregado a su sueño. Con su forma de ver las cosas, sus debates literarios, su manera de estar personal. Para cumplir los sueños propios se necesita mucha valentía, capacidad crítica, responsabilidad y voluntad. Quizás la enseñanza de esa charla franca deba ser que hay que atreverse a soñar. Porque la vida de uno, la historia individual y colectiva solamente se vive una vez y tenemos el derecho y el deber de edificarla con nuestro sello personal. Aunque eso cuesta trabajo y crea compromisos, con uno mismo y con los demás.

Ese "Aprendí a leer a los cinco años y es la cosa más importante que me ha pasado en la vida" con el que Vargas Llosa inicia su discurso de aceptación del Premio Nóbel se ha convertido en un clásico menos de un año después. Ayer el escritor, maravilloso escritor, confesaba que está impaciente "porque venga el próximo Nobel a relevarme" para poder seguir con su vida.

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