martes, 4 de febrero de 2014

La corrupción y el caso Pokemon





Se ha levantado el secreto de sumario en el caso pokemon y constatamos que saltarse las reglas del juego para acceder a un puesto de trabajo vinculado a una administración pública, expedir facturas irregulares u obtener contratas con intercambio de favores, parece una práctica habitual. Comprobamos perplejos como en el caso de A Coruña, tras los cambios de gobiernos para el PP, se ha producido una especie de ocupación de las instituciones con una naturalidad asombrosa. Asistimos a la plasmación completa de lo que es el verbo “colocar a alguien”, o a la presunta emisión de facturas justificativas, sin fines claros, como algo normal. La excusa de que lo hace todo el mundo, que esgrimía ayer el concejal socialista José Nogueira al explicar que le pidió un trabajo para su hermana al responsable de Vendex, no puede valer en el caso de un cargo público. Lo que nos cuenta el sumario puede no tener consecuencias penales, pero eso no quiere decir que no cause escándalo, pena y rechazo. Por estas prácticas se entiende el desapego de los ciudadanos respecto a la política y la generalización de una forma de funcionar corrupta a nivel social. Sólo participando, cambiando el chip y exigiendo transparencia los ciudadanos pueden acabar con esta situación. Lo contrario es dejar que los que ocupan las instituciones mantengan una forma de actuar endogámica y sin control.

Todo el sumario tiene el nombre de una serie de televisión, de un juego con multiplicación de personajes.


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