miércoles, 19 de febrero de 2014

La corrupción reina en el Carnaval




Llega el antroido, en medio de una auténtica antroidada. Porque la oleada de operaciones policiales e investigación de nuestros cargos públicos y su resistencia a la asunción de responsabilidades, ese enroque a la espera de lo que depare la investigación judicial, parece un Carnaval. Asistimos a una ceremonia de la confusión en la que políticos que se han doblegado, presuntamente, ante los poderes económicos, los grandes y los pequeños, son cabezas de turco, justas cabezas de turco, de la situación. En el principio fueron las privatizaciones continuas, las contratas, la crítica a la gestión de lo público. Luego el despilfarro y la falta de control, en las entidades financieras, en los pagos, en los pliegos y una ciudadanía dormida. Ahora llega la depuración de responsabilidades de los que están en medio del sandwich. Por arriba queda pendiente la gestión de los bancos y las cajas con personajes que parecen escabullirse como anguilas, la deuda de las preferentes, que es un tremendo escándalo o la evasión fiscal. En el centro políticos dispuestos, presuntamente, al pacto con el poder real. En la base unos ciudadanos que harían mal en desentenderse o decir sólo, a ver a quien ponen ahora para arreglar esto.

El desfile del Entroido del año pasado.


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