lunes, 3 de febrero de 2014

Cuando el mar arrambló con el Paseo Marítimo, otra vez




Somos casi una isla, que se reinventa tras cada temporal. El mar ha vuelto a marcar su ley  y a reivindicar su sitio. Los seres humanos realizamos puentes, rellenos, paseos marítimos y parece que finalmente ganamos la batalla pero al final cada cual queda en su sitio en una especie de justicia poética y vital. El mar también. Llueve a mares y se inunda el Cantón traspasando los jardines del relleno. Sube la marea, se anuncia temporal y los paseos marítimos hechos con los fondos estructurales que debían estar, destinados a combatir la Europa de dos velocidades, se desintegran. Eran para cohesionar y favorecer la convergencia real, pero cubrieron la costa de cemento muchas veces sin respeto al paisaje y sin fomentar el avance real. Aunque hicieron ganar elecciones. Era una posibilidad. En sociedades bravas, modeladas por el mar, sorpresivamente mansas frente al poder. Formadas por personas que se han jugado la vida para sobrevivir ante una naturaleza capaz de crear acantilados imposibles. Acabamos de comprobar una vez más quien manda aquí y no somos los seres humanos. Eso debería ser una lección diaria para todas y todos, sin excepciones.

El temporal de la madrugada del domingo visto por El Cámara.


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