El pozo negro de A Grela, la prostitución al lado de casa

Nos hemos enterado estos días de que al lado de nuestras casas, donde vivíamos los afanes de cada día, teníamos un pozo negro. Un pozo negro y profundo que se tragó a siete mujeres esclavizadas obligadas a ejercer la prostitución sin descanso, sin noches ni días, en pleno Polígono de A Grela, el más urbano. Un tormento que solamente se puede producir, y eso tenemos que tenerlo claro, si hay alguien dispuesto a pagar por participar en esa vergüenza. No se puede ni concebir qué imagen de las mujeres, de los seres humanos en general pero sobre todo de las mujeres, puede tener alguien que participe en ese infierno. O alguien que se lucre con situaciones semejantes. Cuestiones de esta gravedad no pueden saldarse pasando página sin pararse un momento a gritar ante el espanto. Porque es la única manera de de hacer reflexionar sobre la doble o la triple moral y de ayudar a las víctimas de la trata. A saber cuánto dolor oculto queda sin desvelar.
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