Se va 2013. Déixao ir, diría aquel. Pero ha sido un año de nuestra vida. Se ha construído con nuestras decisiones y nuestras dejaciones. Con nuestras presencias y nuestras ausencias. Lo hemos aceptado día a día y, sobre todo, lo hemos consentido. Se va y nos deja una ley que ya ha entrado en vigor, la nueva ley de educación, la ley Wert. Una amenaza de reforma de la ley del aborto que es una agresión flagrante contra nosotras, las mujeres, dictada por hombres que no pueden tener ni remota idea de lo que significa ser madre. Una ley de reforma de los ayuntamientos que supondrá desmantelar los servicios sociales y fomentar la caridad y un cambio sin parangón en las pensiones del futuro. Hay unanimidad general en que el que se va hoy ha sido un año duro, 2013. Aunque hemos mantenido la capacidad de pensar, de soñar y de hablar. Pongamos en valor esa capacidad para dar un paso al frente y tomar las riendas de 2014. Es la única manera de que el año que hoy comienza termine sin esta sensación. Porque lo construiremos con nuestras presencias y nuestras ausencias ¡Qué aventura y qué responsabilidad!
Un regalo de fin de año. No dudaría, Antonio Flores.
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