El juzgado número 11 de A Coruña ha suspendido el juicio sobre las preferentes que debía celebrarse a partir de este jueves tras la denuncia presentada por la fiscalía del Tribunal Superior. Su titular admitió a trámite solamente la parte de la demanda del fiscal sobre la necesidad de que Novagalicia no comercialice este tipo de productos tóxicos financieros; sin recoger los otros argumentos fundamentales en la causa, que los contratos se declarasen nulos y que se devolviese el dinero a los perjudicados. Ahora la entidad se allana en la denuncia, señala que no ha vuelto a vender preferentes y consigue así que se anule la vista oral sin más. El juez se saca de encima un tema muy complicado que la fiscalía había encarado con valentía, justo cuando la entidad, reflotada con millones de euros que eran de todos, va a ser vendida en breve. En este tiempo de crisis de las instituciones, en el que los ciudadanos se preguntan cada día para qué sirven los órganos de gobierno y defensa de que nos habíamos dotado, la actitud de la fiscalía superior demostraba que había instituciones y personas útiles para el interés general. El resultado final termina siendo un nuevo dislate que cierra en falso uno de los ejemplos más sangrantes de los perjuicios de la crisis financiera entre los más débiles.
Personas que jamás pensaron en llevar una pancarta han salido a la calle en denuncia de un fraude que los tribunales están tratando mediante demandas individuales. No habrá vista de la demanda colectiva del fiscal.
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