En plena polémica por las quitas de las preferentes, que empieza a hacer mella auténtica en los afectados, con un suicidio en Pontevedra que podría tener relación con esa situación, asistimos a las maniobras del gobierno para bajar las pensiones. Con la excusa de garantizar las prestaciones se ha elaborado un informe por parte de 12 expertos que concluye que hay que bajarlas y adecuarlas en el futuro a la esperanza de vida de los ciudadanos. Macabra conclusión firmada por un elenco de personajes vinculados, a excepción de tres de ellos, a las principales aseguradoras y entidades financieras de este país, sabiendo que los bancos han encontrado en los seguros de vida y planes de jubilaciones uno de sus nichos de negocio. Con beneficios para ellos y pérdidas para los suscriptores con la excusa de la crisis y la complicidad de los sucesivos gobiernos. La maniobra es tan torpe y tan evidente que causa sonrojo. Dicho en el país que destina menos presupuesto en pensiones que la media europea en relación con su PIB y en la comunidad autónoma con las pensiones más bajas de España. Un comité de expertos con representantes de los sindicatos que firmaron la jubilación para los 67 años con el PSOE que en este caso se ha traducido en un voto en contra y una abstención. Una historia conocida, desgraciadamente.
El último Salvados, sobre pensiones, con referencias al modelo alemán, que se está aplicando aquí en condiciones aún más duras, sabiendo que allí existe el colchón de un estado del bienestar mucho mayor.
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