jueves, 20 de junio de 2013

Fomos ficando SÓS, o barco, o mar a e mais nós




Nadie parece responsable de lo que ocurrió en la catástrofe del Prestige. Al menos no las personas que se sentaron en el banquillo. Esa es la idea que se desprende de la argumentación del fiscal que en sus conclusiones tras la vista. Pide pena de cárcel para el capitán del barco a la vez que solicita que no vaya a prisión y ha denunciado la existencia de una maraña de sociedades interpuestas ligadas al comercio internacional de crudo que ganan millones de euros y, por lo visto ayer, gozan de la impunidad suficiente para no sentarse en el banquillo en un juicio que debía considerarse un asunto de estado. Que Mangouras era el cabeza de turco de aquel despropósito lo afirmamos la mayoría de medios de comunicación cuando ingresó en la cárcel de Teixeiro. Que la gestión política fue desastrosa y no se entiende que no haya ningún responsable de aquel dislate es evidente. Y que todo se reduce a intentar que el estado no pague lo que debían abonar los piratas del mar era previsible. Si algo tenemos que aprender de todo aquello es que nuestro mar y nuestras costas nos nutren y deben protegerse como aún no se hace. Y que sólo nosotros mismos sabemos velar por ellos. Que “fomos ficando SOS o barco, o mar e mais nós”, dice el poema de Manoel Antonio.

Mangouras en el momento más duro de su declaración.


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