jueves, 1 de septiembre de 2011

Cuando Galbraith o Sampedro quedan proscritos

Las prácticas económicas preconizadas por premios Nóbeles como Paul Krugman o Joseph Stiglitz, de economistas del renombre del profesor de Harvard John Kenneth Galbraith, van a pasar a ser ilegales en España con la reforma de la constitución que se está aprobando en el Congreso de los Diputados. Una propuesta, la de establecer a la baja un tope de déficit, que realizó hace un año ya el PP y que supone dirigir la política económica con las tesis de la derecha por mandato constitucional y sin posibilidad de reforma en el futuro. Muchos hemos crecido en un país que consideraba su Constitución un logro del consenso intocable, que protegía el modo de vida de sus ciudadanos, con defectos y virtudes. Ahora vemos cómo se saltan a la torera esa idea imponiéndonos un nuevo modelo que provocará por ley recortes sociales. Justo cuando Francia, uno de los países que obligan a este cambio, ha anunciado que se saltará su propuesta y aumentará su déficit ¡Qué falta de valentía y de responsabilidad de los dirigentes de los grandes partidos!


Y acudiendo a los clásicos, así no podemos seguir porque caminamos hacia ninguna parte por exceso de avaricia. Porque la política y la economía deben amparar al ciudadano.




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