Los datos del paro, de nuevo el miedo a quedar fuera, a no poder ganarse la vida, un sentimiento que, aderezado con una demoledora reforma laboral, lleva a que se rebajen los sueldos, aumenten los horarios, y haya mil candidatos para un solo empleo. Las personas en paro, que luego no pueden consumir en una situación que lleva al cierre de las empresas más débiles, y a la concentración de la riqueza en manos de los más fuertes, los que sí aguantan, en medio de los problemas. Dice la EPA que en torno al 20 por ciento de la población en la provincia está en paro en un porcentaje que se mantiene en el último año, pero que en ese mismo período se han perdido 26 mil empleos. Una destrucción de puestos de trabajo que no hace bajar el porcentaje porque muchos directamente se van y otros desisten. El secretario general de Cáritas Sebastián Mora decía ayer en A Coruña que cada vez hay más gente queriendo salir del túnel en que los ha colocado la crisis y cada vez más necesitada. En estos momentos en que se proclaman los brotes verdes no se puede olvidar a los que siguen quedando fuera, o están en el túnel. Esa necesidad no se puede atender con parches, si no con cambios globales de políticas. Hay que seguir diciéndolo, sin doblegarse.
Esta explicación de Niño Becerra en 2011 nos sirve para explicar lo que pasaba ya entonces y ahora.
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