Se celebra junta de acreedores del Deportivo a las diez y media de la mañana en la Audiencia Provincial. Deben votar y decidir cual de los dos convenios que hay sobre la mesa, el de Hacienda o el del Deportivo, sale adelante. Si no hay acuerdo se iría a la liquidación de la sociedad aunque el club se ha encargado de comunicar que ha negociado acuerdo con la mayoría de concurrentes. Crear una marca y una institución cuesta décadas y mantenerla con base social es una auténtica proeza en estos tiempos en los que todo se derrumba. El fútbol, ese escenario de sueños, de gestas colectivas, tiene que terminar con los excesos y el todo vale, totalmente de acuerdo. Pero Hacienda no puede elegir un chivo expiatorio, que en este caso sería el Dépor, como lección para todos los demás. Hay que pagar a escote. Y pagar, pero todos. Está en juego un club con más de 30 mil socios y más de 20 mil accionistas que aporta proyección y potencia económica a un área urbana como la nuestra. La solución debería ser integral y para todo el sector. Estamos hablando de sueños, de gestas colectivas y por eso es tan difícil. Pero tenemos el mismo derecho que el resto a seguir ahí, a tener nuestros sueños.
Pagando como todos, por supuesto. Y todos a pagar, también. La principal fuerza del Dépor es ésta.
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