Todo lo bueno, el trabajo bien hecho, la excelencia se agradecen. Y más en este tiempo de seres con el corazón pequeño, nadie con el corazón grande puede contribuir a que pase lo que está pasando. Por eso ayer ver buen fútbol, un grupo de gente jugando como juega la selección, cada uno de su sitio y sin esconderlo, fue un respiro. Que nadie piense, no obstante, que el partido de ayer puede esconder la realidad. Que es que hay que pagar más por las medicinas, que va a haber una subida del Iva y que encaramos un verano con aterrizaje forzoso en septiembre. Por unas horas, el antes, el durante y la fiesta, se hizo un paréntesis ¡Qué necesarios son los respiros! La vida se compone de muchas cosas, disfrutemos del gran fútbol, grande, sin que eso nos haga olvidar nuestras obligaciones. Y nuestra primera obligación es no dejarnos arrebatar todo lo bueno que conseguimos como sociedad.
Vamos a ver los goles, vamos a ver fútbol del bueno.
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