Estamos en medio de un puente que normalmente es un termómetro del ambiente ingreso gasto antes de la Navidad. La ocupación hotelera está en el entorno al 30 por ciento de ocupación y también en este sector va a haber que hacer valoración de activos y colocar las cosas en una perspectiva sostenible. La crisis es también, un baño de realidad. Y de pronto no todos vamos a poder viajar, ni ir a hoteles, ni todos los hoteles van a continuar abiertos todo el año. También ahí se produjo una burbuja en la ciudad que no sabemos si se podrá mantener. Caminamos a la inversa tras haber asistido a una democratización total del consumo. Una democratización que en muchos casos tenía un algo de borrachera colectiva en la que parecía que pocos salían perdiendo y en la que algunos ganaron mucho. No sabemos aún cómo será el mundo que venga, pero parece que ahora se trata de pagar por los excesos. Qué pena que los que más se excedieron y más recogieron tengan indulgencia plenaria. Parece que Díaz Ferrán por ejemplo, empieza a pagar, a ver.
Era difícil mantener lo anterior, ¿os acordáis del vídeo de los abuelos de Soria?
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