También le ha tocado a Azkar, la primera empresa de transporte de la península que se ha vendido a su socio alemán. El capital no tiene patria, me dirán, y es verdad. Con las reglas de juego actuales además cuando un empresario vende, vende lo que es suyo. Dicho lo cual habrá que añadir. No es lo mismo. No es lo mismo tener una caja afincada aquí, que ha hecho grandes negocios gracias a nuestros ahorros que no le han traído más que beneficios y pocos quebraderos de cabeza que no tenerla. No es lo mismo tener un Banco que fue motor industrial de Galicia, que recogió a espuertas dinero de la emigración para transformarlo, según la idea primera, en capital productivo e inversión en conocimiento, que reducirlo a una gestoría basada en el ladrillo y luego venderlo y dejarlo reducido a la nada. Ni es lo mismo que sean empresarios gallegos los que gestionen la planta de Coca Cola que empresarios catalanes, como ya ocurre desde hace unas semanas. Ni que los astilleros de Ferrol construyan barcos en lugar de negociar prejubilaciones para sus empleados como ha pasado durante décadas. Ni que el centro de decisión y la propiedad de Unión FENOSA estuvieran aquí y no en Cataluña. Todo esto lo hemos contado día a día, año a ño. La vida está llena de obviedades, de libertades individuales y colectivas. Pero también de matices. Y no es lo mismo. Nos estamos quedando secos sin que nadie considere que es de su competencia.
Este es el vídeo corporativo de Azkar.
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