La comparecencia de los altos cargos de Novagalicia y otros responsables económicos en el Congreso de los diputados aprobada en la subcomisión del FROP es imprescindible y lógica. En el caso de la antigua Caixa Galicia se echa en falta también la de su antiguo director general que, de todos es sabido, era el auténtico responsable de todas las decisiones de la caja coruñesa que llegó a ser la sexta de España y emprendió una aventura descontrolada fuera de la comunidad que nos ha traído hasta aquí. El agujero de Novagalicia banco es tan enorme que causa vértigo compararlo con las cifras del presupuesto de la Xunta del último año. La asunción de responsabilidades es fundamental en este tiempo de zozobra y también el no lanzar advertencias inconcretas. Como las de Joaquín Almunia diciendo que alguna de las tres entidades nacionalizadas debe ir a la liquidación, sin concretar más. Así no.
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