Ha dimitido Ferrín al frente de la Real Academia Galega. Asegura en una carta pública que no se siente respaldado por una parte de los académicos y es víctima de una campaña interna y externa. Dimite Ferrín cuando el diario ABC estaba contando que colocó a su hija y su yerno para trabajar en la institución una vez accedió a la Presidencia. Dimite Ferrín porque tiene que dimitir, como tantos otros por cosas grandes y pequeñas. Dimite Ferrín porque, con independencia de la campaña de acoso, hay hechos ciertos, y ante ciertas preguntas, diga sí o no, no puede haber un sin comentarios. Como en este país no debería haber periodismo de parte ni campañas de parte, si queremos salir de ésta, los hechos son los que son y dimite Ferrín. Como adalid de la coherencia tiene que dimitir. Una institución que defiende una lengua en peligro, estrangulada económicamente, es más importante que las personas y necesita la máxima credibilidad, la mayor transparencia y la mayor unidad. Por eso dimite Ferrín.
Las denuncias sobre nepotismo en la Real Academia parecen el detonante. Como telón de fondo los otros hechos. Galicia es la autonomía con lengua propia que menos destina a financiación de su academia. El llamado decreto del plurilingüismo que, en medio de las llamadas al bilingüismo "cordial" y al consenso, supone un retroceso en el uso y en la transmisión del gallego en las escuelas que pone en riesgo su futuro como lengua de uso. Dicho cordialmente, por supuesto.
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