Es cuestión de sentido común. Hay dos formas de hacer frente a una saturación de urgencias, ampliar las instalaciones o intentar reducir el flujo, mejorando la atención en la base. En el CHUAC se está preparando una importante ampliación de las urgencias incluída en el plan director de las instalaciones. Ahora, en medio de la avalancha de ingresos que ha colapsado el servicio, surge de nuevo la reflexión. Es más lógico trabajar de abajo a arriba desarrollar la atención primaria y los apoyos sociales para evitar que el ciudadano se vea empujado a las urgencias. Pero el modelo alternativo vale más dinero, supone una importante inversión en atención primaria y servicios sociales, aunque aumenta y mucho la calidad de vida. Lo contrario son enfermos en camillas y sillones a la espera de una cama. Por que la disyuntiva está en acudir al hospital o no recibir la atención en tiempo y forma. No es un problema hospitalario. Sobre todo cuando, como denuncian los sindicatos, se ha desactivado el plan de modernización de la atención primaria con unas consecuencias que deben dejar un puñado de pequeñas historias que no llegan ni a los medios de comunicación.
La solución de la Xunta es ampliar las urgencias,
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